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Ordenados de manera cronológica, narra los momentos más significativos de su Gobierno: los sismos del 85, el desplome de los precios petroleros, la crisis bursátil, las elecciones de 1988, las acciones para evitar la guerra en Centroamérica y la convivencia con Estados Unidos, así como la relación del PRI con el gobierno, el PAN, el clero y la iniciativa privada. No excluye la provocación ni la autocrítica, invitando a que otros protagonistas ofrezcan sus puntos de vista sobre la historia reciente del país. Contiene frases duras contra funcionarios de su gabinete, criticando también al sistema político mexicano.
Ordenados de manera cronológica, narra los momentos más significativos de su Gobierno: los sismos del 85, el desplome de los precios petroleros, la crisis bursátil, las elecciones de 1988, las acciones para evitar la guerra en Centroamérica y la convivencia con Estados Unidos, así como la relación del PRI con el gobierno, el PAN, el clero y la iniciativa privada. No excluye la provocación ni la autocrítica, invitando a que otros protagonistas ofrezcan sus puntos de vista sobre la historia reciente del país. Contiene frases duras contra funcionarios de su gabinete, criticando también al sistema político mexicano.


El motivo de su título, que trasciende a un plano conceptual de su legado como Presidente de México, explica por qué consideró romper con el modelo de desarrollo económico vigente para iniciar con el de apertura económica, que empezaba a ser tendencia en el concierto internacional. Explica el reordenamiento de las finanzas públicas, el manejo de la crisis de la deuda de 1982 y da pistas para entender cómo y por qué los sindicatos y otros poderes de facto aceptaron su cambio de rumbo en la política económica mixta. Esto, en un contexto de crisis y evidente agotamiento del modelo que se venía aplicando por décadas en el país, y remontando en lo social, lo económico y lo político. Su testimonio aporta importantes puntos de vista de los acontecimientos históricos recientes, en un país afectado por una cultura política populista, que provocó una mala administración de los activos nacionales. El cambio de rumbo que se dio en su administración, deja claro que el pasado es importante para entender el presente, recuperando su vigencia ante los sucesos actuales y ante el cuestionamiento que se hace al modelo neoliberal e integrador en que la mayoría de los países democráticos estamos inmersos.
El motivo de su título, que trasciende a un plano conceptual de su legado como Presidente de México, explica por qué consideró romper con el modelo de desarrollo económico vigente para iniciar con el de apertura económica, que empezaba a ser tendencia en el concierto internacional. Explica el reordenamiento de las finanzas públicas, el manejo de la crisis de la deuda de 1982 y da pistas para entender cómo y por qué los sindicatos y otros poderes de facto aceptaron su cambio de rumbo en la política económica mixta. Esto, en un contexto de crisis y evidente agotamiento del modelo que se venía aplicando por décadas en el país, y remontando en lo social, lo económico y lo político. Su testimonio aporta importantes puntos de vista de los acontecimientos históricos recientes, en un país afectado por una cultura política populista, que provocó una mala administración de los activos nacionales. El cambio de rumbo que se dio en su administración, deja claro que el pasado es importante para entender el presente, recuperando su vigencia ante los sucesos actuales y ante el cuestionamiento que se hace al modelo neoliberal e integrador en que la mayoría de los países democráticos estamos inmersos.<ref>{{Cita web|url=http://www.mmh.org.mx|título=.:: Miguel de la Madrid Hurtado:Las razones y las obras ::.|fechaacceso=2017-06-20|sitioweb=www.mmh.org.mx|idioma=es}}</ref>


== Familia ==
== Familia ==
Hijo de Miguel de la Madrid Castro y de Alicia Hurtado Oldenbourg. Nieto de [[Enrique O. de la Madrid]] y bisnieto de [[Miguel de la Madrid Guerrero]], ambos ex gobernadores del estado de [[Colima]]. Casado con Paloma Cordero Tapia en 1957, procrearon cinco hijos: Margarita, Miguel, Enrique, Federico y Gerardo. Actualmente, su hijo, [[Enrique de la Madrid Cordero]], es [[Secretaría de Turismo (México)|Secretario de Turismo]] del Gobierno de la República.<ref> {{cita web|url=http://www.nosotrosdiario.mx/enrique-de-la-madrid-nuevo-director-de-bancomext-19436 |título= |autor= |fecha= |urlarchivo=http://web.archive.org/web/http://www.nosotrosdiario.mx/enrique-de-la-madrid-nuevo-director-de-bancomext-19436|fechaarchivo=25 de noviembre de 2015}}</ref>
Hijo de Miguel de la Madrid Castro y de Alicia Hurtado Oldenbourg. Nieto de [[Enrique O. de la Madrid]] y bisnieto de [[Miguel de la Madrid Guerrero]], ambos ex gobernadores del estado de [[Colima]]. Casado con Paloma Cordero Tapia en 1957, procrearon cinco hijos: Margarita, Miguel, Enrique, Federico y Gerardo. Actualmente, su hijo, [[Enrique de la Madrid Cordero]], es [[Secretaría de Turismo (México)|Secretario de Turismo]] del Gobierno de la República.<ref> {{cita web|url=http://www.nosotrosdiario.mx/enrique-de-la-madrid-nuevo-director-de-bancomext-19436 |título= |autor= |fecha= |urlarchivo=http://web.archive.org/web/http://www.nosotrosdiario.mx/enrique-de-la-madrid-nuevo-director-de-bancomext-19436|fechaarchivo=25 de noviembre de 2015}}</ref><ref>{{Cita noticia|título=Asume Enrique De la Madrid titularidad de Sectur|url=http://www.jornada.unam.mx/ultimas/2015/08/27/asume-enrique-de-la-madrid-titularidad-de-sectur-5586.html|fechaacceso=2017-06-20|periódico=La Jornada|idioma=es-MX}}</ref>


== Fallecimiento ==
== Fallecimiento ==
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== Bibliografía ==
== Bibliografía ==
* Ayala Anguiano, Armando. ''La Verdadera Historia del PRI, Tercer Tomo, “Los Tecnócratas” (1982-2000).'' México, D.F., 2001. Ed. Contenido, S.A. de C.V., 1ra edición. 128 pp.
* Díaz Arciniegas, Víctor, ''Historia de la casa. Fondo de Cultura Económica (1934-1994)'', México: FCE, 1994.
* Villalpando, José Manuel y Rosas, Alejandro. ''Historia de México a través de sus Gobernantes.'' México, D.F., 2003. Ed. Planeta de México, S.A. de C.V., 1ra edición. 240 pp.
* De la Madrid Hurtado, Miguel, con la colaboración de Alejandra Lajous. ''Cambio de Rumbo.'' México, D.F., 2004. Fondo de Cultura Económica, 1ra edición. 871 pp.
*Díaz Arciniegas, Víctor, ''Historia de la casa. Fondo de Cultura Económica (1934-1994)'', México: FCE, 1994.
* Varios, ''Catálogo histórico 2005'', México: FCE, 2006.
* Varios, ''Catálogo histórico 2005'', México: FCE, 2006.



Revisión del 23:58 20 jun 2017

Miguel de la Madrid Hurtado


Presidente de los Estados Unidos Mexicanos
1 de diciembre de 1982-30 de noviembre de 1988
Predecesor José López Portillo
Sucesor Carlos Salinas de Gortari


Secretario de Programación y Presupuesto de México
16 de mayo de 1979-30 de septiembre de 1981
Presidente José López Portillo
Predecesor Ricardo García Sainz
Sucesor Ramón Aguirre Velázquez


Director del Fondo de Cultura Económica
1990-2000
Predecesor Enrique González Pedrero
Sucesor Gonzalo Celorio Blasco

Información personal
Nombre en español Miguel de la Madrid Ver y modificar los datos en Wikidata
Nacimiento 12 de diciembre de 1934
Bandera de México Colima, México
Fallecimiento 1 de abril de 2012
(77 años)
Bandera de México Ciudad de México, México
Causa de muerte Enfisema pulmonar Ver y modificar los datos en Wikidata
Nacionalidad Mexicana
Religión Católica
Lengua materna Español
Familia
Cónyuge Paloma Cordero
Hijos Margarita, Miguel, Gerardo, Federico y Enrique de la Madrid Cordero
Educación
Educado en Universidad Nacional Autónoma de México
Universidad de Harvard
Información profesional
Ocupación Abogado
Empleador Universidad Nacional Autónoma de México Ver y modificar los datos en Wikidata
Partido político Partido Revolucionario Institucional
Distinciones
Notas
Gabinete

Miguel de la Madrid Hurtado (Colima, Colima, 12 de diciembre de 1934 - Ciudad de México, 1º de abril de 2012) fue Presidente de los Estados Unidos Mexicanos del 1º de diciembre de 1982 al 30 de noviembre de 1988. Durante su mandato, México entró al Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT, por sus siglas en inglés) y estableció a nivel constitucional un sistema de planeación democrática y de apertura económica. Además, se llevó a cabo la Copa Mundial de Fútbol de 1986 y aconteció el terremoto de la Ciudad de México de 1985. Todos estos sucesos fueron posteriormente narrados por él mismo en su libro ‘Cambio de Rumbo’, obra que detalla cronológicamente su Administración, recopilando sus memorias y notas dictadas en su momento.

Trayectoria

Miguel de la Madrid estudió la licenciatura en Derecho, en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Su tesis versó sobre el pensamiento económico en la Constitución de 1857, obteniendo mención honorífica en su examen profesional. Posteriormente, obtuvo una beca que lo llevaría a estudiar una maestría en Administración Pública por la Universidad de Harvard. Fue profesor en la Facultad de Derecho de la UNAM e investigador en el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la misma universidad.

Tras ocupar diversos cargos en Petróleos Mexicanos y en la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, en mayo de 1979, durante la Administración del presidente José López Portillo, se integró al gabinete como Secretario de Programación y Presupuesto, en sustitución de Ricardo García Sainz. Al frente de tal Secretaría, impulsó el Plan Global de Desarrollo (PGD), dado a conocer en abril de 1980 y cuya meta fue reorientar la planeación y el desarrollo económico del país.

Fue postulado por el Partido Revolucionario Institucional (PRI) como candidato a la Presidencia de los Estados Unidos Mexicanos para las elecciones de 1982. El 4 de julio de ese año, con 48 años cumplidos y el 74.4% de los votos, ganó el cargo de manera contundente y transparente, convirtiéndose en Presidente de México el 1º de diciembre de ese mismo año, sucediendo a José López Portillo. Seis años después sería a su vez sucedido por Carlos Salinas de Gortari, quien fue Secretario de Programación y Presupuesto durante su Administración.

Concluiría su trayectoria pública al ocupar la Dirección del Fondo de Cultura Económica (FCE), de 1990 al año 2000.

Presidente de México (1982-1988)

Miguel de la Madrid llegó al poder en una de las épocas más complicadas del país, mucho debido a su antecesor, José López Portillo, quien nacionalizó la banca tres meses antes de salir del poder, tras dos sexenios de gastos excesivos. Como resultado, la inflación subió a un promedio de 100% cada año; el empleo informal creció alrededor del 20% entre 1983 y 1985; hubo caídas drásticas en producción, sobre todo en industrias gubernamentales, ya para ese entonces anticuadas; y el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) sufrió altibajos, disminuyéndose el poder adquisitivo.

Las siete tesis: el eje central de su gobierno

Las siete tesis de Miguel de la Madrid constituyeron los ejes centrales de su propuesta de gobierno. Se elaboraron a partir de las principales demandas recogidas durante la primera etapa de su campaña electoral para la Presidencia de la República. En enero de 1982, durante un mitin en Chiapas, expuso un primer esbozo de estos siete pilares:

  1. Nacionalismo revolucionario;
  2. Democratización integral;
  3. Renovación moral de la sociedad;
  4. Sociedad igualitaria;
  5. Planeación democrática;
  6. Desarrollo, empleo y combate a la inflación; y
  7. Descentralización de la vida nacional.

A lo largo de la campaña electoral, cada tesis fue desarrollada en discursos específicos, y cada una tuvo una expresión consistente durante su periodo presidencial en legislación, cambio institucional y políticas públicas.

Creación del Plan Nacional de Desarrollo

Para impulsar el cambio estructural y hacer frente a la crisis, el presidente De la Madrid promovió una serie de reformas legales, entre las que sobresalen un cambio a los artículos 25, 26, 27, 28 y 73 de la Constitución, para ratificar el régimen de economía mixta, precisar el papel del Estado en la rectoría económica, limitar su intervención directa a los sectores considerados estratégicos o prioritarios, y crear un sistema de planeación democrática en el que coparticiparan los sectores público, privado y social, y que obligara a establecer un Plan Nacional de Desarrollo, con metas específicas para cada área de gobierno. La reforma se presentó el 12 de diciembre de 1982 al Congreso de la Unión. Esto, de acuerdo con sus memorias, fue necesario para distender el ambiente de confrontación que cundía entre el sector privado en contra del gobierno, ofreciendo a los empresarios un mensaje de certidumbre y tranquilidad; para dar fundamento jurídico a los cambios estructurales que se emprenderían, y para conducir las políticas económicas indispensables en el combate a la crisis.

En este sentido, todas las dependencias federales quedaron obligadas a alinear sus objetivos con los del Plan Nacional de Desarrollo; se elaboraron planes sectoriales y se promovieron leyes locales de planeación, para que cada estado tuviera su Plan de Desarrollo, y un convenio de coordinación en armonía con el Plan Nacional; la planeación fue llevada incluso a escala municipal. La planeación del desarrollo, otro cambio estructural introducido por Miguel de la Madrid, se conserva hasta nuestros días, y ha resultado de gran utilidad para facilitar la coordinación entre los tres órdenes de gobierno y la concertación social en torno a objetivos nacionales, sectoriales y locales, en un ambiente de plena democracia.

La política de apertura económica y comercial

Gran parte de su legado se sustenta en haber iniciado la apertura económica, la desregulación y descentralización, así como la privatización de empresas estatales, pues el gobierno mexicano tenía en aquel entonces bajo su control hasta empresas dedicadas a fabricar y comercializar bicicletas. Con esta nueva política económica, el gobierno redujo drásticamente el número de paraestatales, pasando de 1,155 en 1982 a 412 en 1988. Con esta medida se convirtió en el primer Presidente de México con una visión orientada al mercado, que dio inicio al modelo de apertura económica que se mantiene vigente en México y en el mundo, como herramienta de desarrollo, combate a la pobreza y generación de bienestar entre los ciudadanos de múltiples países.

El cambio estructural incluyó la apertura comercial y el fomento a las exportaciones mexicanas. Al exponer la planta productiva a la competencia externa y facilitarle el acceso a insumos del exterior, se comenzó a modificar el modelo proteccionista por otro que promoviera la competencia, en beneficio de los consumidores.

Las importaciones sujetas a permiso previo, que representaban el 100% del total hasta 1983, se redujeron a 35% en 1985 y llegarían a tan sólo 21.5% en 1988. También se redujo significativamente la tarifa promedio de importación en un proceso que la llevó a 11.17% en 1985 y hasta 5.6% en 1988.

Después de dos años, las nuevas políticas comenzaron a dar frutos: el déficit financiero fiscal llegó a 8.5 por ciento del PIB en 1984, después de ser de 16.9 por ciento dos años antes. En 1985 se consiguió un superávit primario (ingresos menos gastos distintos de intereses derivados del servicio de la deuda) de 4.2 por ciento del PIB, luego de que en 1982 se registró un déficit de 7.3 por ciento. La inflación se redujo de casi 100 por ciento en 1982, a 80 y 60 por ciento en los dos siguientes años.

Otras medidas de política económica

Otra estrategia fue lanzar un programa de emergencia para estabilizar la economía después de la crisis de 1982. El Programa Inmediato de Reordenación Económica (PIRE) tuvo como propósito atacar la inflación mediante el reordenamiento de las finanzas públicas. Sus principales medidas se dirigieron, por un lado, a reducir el gasto público mediante una estricta disciplina presupuestal, disminuir el tamaño de la Administración Pública Federal y desincorporar empresas estatales no prioritarias; por el otro, a incrementar los ingresos, principalmente con el aumento a los precios y tarifas de los bienes y servicios públicos de los sectores siderúrgico, ferroviario, de aerotransportes y petroquímico.

De la Madrid Hurtado impulsó también la conformación de un nuevo patrón de industrialización y especialización del comercio exterior que permitiera superar los errores del pasado con los excesos del proteccionismo. Las características de ese patrón se plasmaron en el Programa Nacional de Fomento Industrial y Comercio Exterior (PRONACIFE) 1984-1988.

No obstante, los problemas que se presentaron en 1985 y 1986 (los sismos, la baja en los precios del petróleo, el todavía considerable gasto de las empresas paraestatales y el alza en las tasas de interés en Estados Unidos) complicaron la aplicación de las medidas de ajuste y su expresión positiva en los indicadores económicos. Particularmente, el incremento en las tasas de interés de la deuda interna y externa provocó que, aunque se disminuía el gasto público, el gasto total no se redujera, debido al incremento en el servicio de la deuda. Una visión más objetiva del esfuerzo fiscal sería medirlo sin el pago de intereses.

Ante la severa crisis económica (donde se dieron hiperinflaciones y se devaluó dramáticamente la moneda), se establecieron pactos de crecimiento económico con los diversos sectores sociales, mediante los cuales el gobierno subsidiaba parte de los precios de los productos básicos y los productores/distribuidores se comprometían a no aumentarlos.

Al final de su sexenio, suscribió el Pacto de Solidaridad Económica para consensuar las medidas de contingencia antiinflacionaria y repartir cargas de responsabilidad, pero el sindicalismo independiente optó por las movilizaciones para protestar. Con De la Madrid se cerró una política económica, pues el mandatario, a diferencia de sus predecesores, renunció a incrementar el presupuesto federal como fórmula para contener las presiones sociales.

Entrada de Mexico al GATT

En enero de 1986, tras aproximadamente tres años de negociaciones, México logró ser admitido en el Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT, por sus siglas en inglés), organismo antecedente de la hoy Organización Mundial del Comercio (WTO, por sus siglas en inglés) y que cuenta con 164 Estados miembros. Esto fue, sin duda, otro de los principales logros de su Administración, ya que permitió la apertura comercial de México para combatir la inflación, aprovechar las ventajas comparativas y permitir el acceso de los bienes y servicios mexicanos a los mercados internacionales. 

Uno de los efectos de la apertura fue que las exportaciones no petroleras crecieron sostenidamente desde el primer semestre de 1986, cuando superaron a las petroleras, tendencia que se mantuvo al alza hasta el presente. Mientras que en 1982 las exportaciones petroleras fueron el 78% del total, en 2010 representaron apenas 14% de las exportaciones totales.

Desde el segundo semestre de 1986 comenzaron a observarse indicios de que la caída de la economía comenzaba a desacelerarse, de modo que 1987 se presentaba como un año positivo, con signos de incipiente florecimiento de la economía nacional: las exportaciones no petroleras mostraban una vitalidad impresionante; las reservas del Banco de México iban en rápido aumento, alcanzando 13,039 millones de dólares en 1987, más del doble de los 6,588 millones que tenía en 1986; la captación de ahorro en el sistema financiero volvía a crecer por primera vez en mucho tiempo, a lo cual contribuyó la renovada confianza de los inversionistas en las operaciones bursátiles; los volúmenes y precios de exportación de petróleo se recuperaban gradualmente.

Como prueba de que se percibía un mejor ambiente económico en el país, los capitales privados que habían emigrado al extranjero comenzaban, aunque de manera muy lenta, a retornar a México; la producción industrial en general y la manufacturera en particular, comenzaron a mostrar signos de recuperación, igual que los ingresos por turismo.

Renovación Moral de la Sociedad

En marzo de 1982, en Mérida, Yucatán, De la Madrid se refirió a la renovación moral señalando que una sociedad que permite la generalización de conductas inmorales o corruptas es una sociedad que se debilita, es una sociedad que decae. Añadió que la corrupción en el sector público era la forma más intolerable de inmoralidad social. Exigir una conducta intachable en los altos mandos era indispensable, para que el mal ejemplo no cundiera entre sus subordinados. Propuso reformar leyes y sistemas de control, vigilancia e inspección, para evitar que los funcionarios públicos hicieran negocios desde sus cargos, se promovieran con recursos presupuestales o gozaran de prebendas indebidas; ofreció sanear los cuerpos de seguridad pública y el sistema de administración de justicia.

Su propia conducta personal como Presidente fue ejemplo de honestidad y austeridad republicana. Miguel de la Madrid mantuvo a su familia alejada de la política y de los puestos gubernamentales; una de sus primeras medidas fue reducir prestaciones a los mandos del sector público. Durante su sexenio, prohibió que las obras a inaugurar llevaran el nombre del Presidente de la República o de alguno de sus familiares.

El gobierno debería estar en la primera línea de la renovación moral de la sociedad, afirmaba. En su libro ‘El ejercicio de las facultades presidenciales’, escribió: Creo que la legitimación del poder público no solamente se da, como los autores clásicos lo señalan, por el origen del mandato, esto es, por las elecciones, o bien, por la eficacia en el cumplimiento de la función pública, sino también por la opinión que la sociedad tenga de la moralidad de los actos de gobierno. Durante todo su mandato, se tomó muy en serio su voluntad de predicar con el ejemplo.

Mediante una nueva Ley de Responsabilidades de Servidores Públicos, se desarrollaron los principios sobre responsabilidad política y administrativa establecidos en la Constitución; con ello se terminó la distinción entre "delitos y faltas oficiales" y "delitos comunes", que había facilitado la impunidad hasta entonces. La única nueva secretaría que creó De la Madrid fue la de la Contraloría General de la Federación que, aunque con cambios de nombre, sigue existiendo hasta el momento en que estas notas son escritas. La actual Secretaría de la Función Pública, desde sus orígenes, se encargó de vigilar e identificar las responsabilidades de los servidores públicos, y de aplicar sanciones en el ámbito del Poder Ejecutivo Federal.

La renovación moral en la administración pública se encaminó más a la prevención que a la persecución. Se expidieron normas para evitar el nepotismo, se estableció un sistema de registro y seguimiento de la situación patrimonial de los servidores públicos y se tipificaron claramente sus delitos y faltas; se prohibió a los altos funcionarios la inversión en valores que pudiera implicar el uso de información privilegiada; también se les prohibió otorgar contratos de obra pública o de servicios a parientes cercanos, y recibir regalos con valor superior a diez veces el salario mínimo.

Asimismo, se actualizaron las normas sobre adquisiciones, se redujeron las partidas presupuestales de ejercicio discrecional y se promovió la desregulación y simplificación administrativa. Una figura que introdujo Miguel de la Madrid, y que se mantiene hasta nuestros días, es la contraloría social, por la que se hace partícipes de la evaluación y el control del ejercicio del gasto público a organizaciones de la sociedad. Además, se suprimieron cuerpos policiacos anticonstitucionales, se depuró a personal corrupto y se mejoró el sistema de reclutamiento, selección y capacitación de policías.

Política exterior

En el plano internacional, se le reconoce una conducción responsable de la política exterior mexicana en un contexto internacional marcado por la Guerra Fría, destacando su compromiso y liderazgo respecto a la región centroamericana, inestable en ese momento. A través de la participación activa de México en el Grupo Contadora, se alcanzarían acuerdos para lograr paz, democratización, seguridad regional y cooperación económica, con el apoyo de otros países latinoamericanos como Colombia, Panamá y Venezuela. Esta instancia multilateral refrendó el liderazgo de México en América Latina y sirvió como un mecanismo que mantuvo al margen la influencia y una posible intervención militar de los Estados Unidos de América en la región.

La actitud resuelta del gobierno mexicano a encontrar una salida pacífica al conflicto en Centroamérica, opuesta al enfoque ideologizado de Ronald Reagan, no ayudaba a mantener una relación tersa con el vecino del norte. Sin embargo, Miguel de la Madrid mantuvo su postura, procurando siempre un trato respetuoso hacia su contraparte y hacia la institucionalidad y la política interna de los Estados Unidos. Sabiendo que históricamente la actitud del país vecino hacia México había sido de imposición antes que de entendimiento, y consciente de que la relación poco iba a cambiar en lo esencial, Miguel de la Madrid optó, como lo refiere en sus memorias, por conservar la serenidad y sostener el esfuerzo por mejorar las relaciones, pero sin perder nuestra dignidad.

América Latina ocupó una especial atención en la política exterior del presidente Miguel de la Madrid, señaladamente en los temas de la deuda externa, y el conflicto en Centroamérica. Durante su mandato hizo esfuerzos por encontrar afinidades que permitieran abordar estos problemas, lo mismo en los foros regionales que ya existían, como la OEA, el SELA y la ALADI.

Hacia el resto del mundo, la política exterior mantuvo el mismo principio de cooperación y respeto que mantuvo hacia América Latina y Estados Unidos, con énfasis en sus llamados a la corresponsabilidad de las economías industrializadas con la difícil situación económica y financiera de los países en desarrollo, la pacificación en Centroamérica y el rechazo a la confrontación entre las grandes potencias y la carrera armamentista. En este último aspecto, el presidente De la Madrid trabajó resueltamente para promover el desarme nuclear.

Sismo de 1985 de la Ciudad de México

El 19 de septiembre de 1985, un terremoto de 8.1 grados en la escala de Richter sacudió la Ciudad de México, con una fuerte réplica al día siguiente. Los daños materiales fueron masivos, y aunque los cálculos oficiales contabilizaron de cinco a diez mil decesos, la opinión pública considera que la cifra es mucho más alta. Los costos de la reconstrucción representaron alrededor de 4 mil millones de dólares tan sólo en los sectores hospitalario, educativo y de vivienda.

El gobierno implementó una serie de medidas de emergencia que contribuyeron a contrarrestar los efectos negativos, como la creación de un Fondo para la Reconstrucción de las zonas afectadas, en el que se reunieron las aportaciones que empezaban a llegar del país y del extranjero. Asimismo, se instaló la Comisión Nacional de Reconstrucción, encabezada por el presidente De la Madrid y en colaboración con seis comités de apoyo que integraron miembros distinguidos de la sociedad, con lo que se abrió el diálogo y se fomentó la comunicación con la ciudadanía. En un esfuerzo sin precedentes, los electricistas lograron restablecer en 90% el flujo de la energía en una semana; y para el 25 de septiembre se recuperó en 10% el servicio telefónico de larga distancia nacional. Además, se estimó que cerca de 42 mil viviendas habían quedado destruidas. Ante esto, en octubre de ese año el presidente De la Madrid ordenó expropiar 4,300 predios en el centro de la capital, y mediante el Programa de Renovación Habitacional Popular, en poco más de dos años se entregaron 42,090 viviendas nuevas, se repararon 4,210 y se reconstruyeron otras 2,500 en 150 edificios considerados monumentos históricos. Este programa obtuvo reconocimiento mundial por su amplitud, eficacia y capacidad de concertación.

Estas acciones fueron clave para evitar una catástrofe económica y humanitaria de mayores dimensiones. No obstante, parte de la crítica se ha centrado en que la reacción inicial del gobierno fue muy lenta e inadecuada, lo cual hizo que la población tomara el liderazgo y la organización de las labores de rescate de víctimas y cuerpos de entre los escombros. Tanto las declaraciones del presidente De la Madrid, señalando que el país no requería ayuda extranjera para enfrentar la tragedia, como su decisión de no instruir inmediatamente al ejército para colaborar en las labores de rescate, durante las primeras horas posteriores al terremoto, le valieron severas críticas a su Administración.

Las elecciones presidenciales de 1988

En 1988 su Gobierno fue relacionado con uno de los mayores escándalos electorales del país. El 6 de julio, durante las elecciones presidenciales, se presume que el candidato del Frente Democrático Nacional, Cuauhtémoc Cárdenas, aventajaba ampliamente a sus rivales (Manuel Clouthier del Partido Acción Nacional y Carlos Salinas de Gortari del PRI) y por motivos aún desconocidos, el sistema electoral de cómputo presentó una interrupción en la contabilización de votos. La Secretaría de Gobernación, en esa época facultada constitucionalmente para organizar las elecciones y a cargo de Manuel Bartlett, hizo pública esta situación.

En sus memorias que se encuentran plasmadas en el libro ‘Cambio de Rumbo’, Miguel de la Madrid señaló que la llamada "caída del sistema" en realidad consistió en un retraso en la entrega a la Comisión Federal Electoral de información preliminar a la que el gobierno no estaba obligado por ley, retraso que fue aprovechado por la oposición en su estrategia de propaganda para deslegitimar la elección, aun haciendo a un lado el hecho de que los partidos y organizaciones que tenían preparados sistemas de cómputo para adelantar resultados no oficiales tampoco pudieron ofrecerlos.

El 10 de septiembre, el Colegio Electoral declaró a Carlos Salinas de Gortari candidato ganador en las elecciones para Presidente de la República, y el 1° de diciembre asumió la Presidencia de la República. Un efecto adicional de estas elecciones fue el hecho de que la nueva Cámara de Diputados estuvo compuesta, casi a la mitad, por integrantes de partidos de oposición. Ello marcó una nueva relación entre el Poder Ejecutivo y el Legislativo, en la que la negociación se haría indispensable. Esta nueva relación perdura hasta nuestros días, en lo que se conoce como gobierno dividido.

Actividad posterior

Director del Fondo de Cultura Económica

Miguel de la Madrid con el presidente estadounidense Ronald Reagan en Mazatlán (1988).

Después de terminar su periodo presidencial, Miguel de la Madrid asumió la Dirección del Fondo de Cultura Económica (FCE) en 1990. Durante su periodo al frente de dicho organismo descentralizado, implantó programas de modernización en las áreas productivas y administrativas, incorporó lo más avanzado de las industrias editorial y de las artes gráficas, y mantuvo la apertura y pluralidad, características en la política de publicación.

En el panorama internacional, el FCE alcanzó una presencia relevante en Iberoamérica, con nueve filiales en Argentina, Brasil, Colombia, Chile, España, Estados Unidos de América, Guatemala, Perú y Venezuela. En lo referente al proyecto nacional, se inauguraron seis librerías en la Ciudad de México.

Durante su administración, el FCE recibió varios premios, entre los que destacan: en 1992, Premio FILIJ del Libro (CNCA) a los libros para niños; en 1993, Premio Laurel de Oro (Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Madrid); en 1993, mención honrosa del Premio Juan García Bacca (Asociación Cultural Peruana), y el Calendario Azteca de Oro (Asociación Mexicana de Radio y Televisión). En 1994 y 1995 el premio del Banco del Libro de Venezuela por los libros para niños.

En cuanto a las distinciones recibidas como individuo al frente del FCE, destaca la del Consejo Español de Estudios Iberoamericanos, quien distinguió a Miguel de la Madrid por su contribución al desarrollo de la lectura en la lengua española. También recibió en 1997, el Premio IUS por la Facultad de Derecho de la UNAM; y en 1998, el gobierno de Francia le concedió las Palmas Académicas en grado de Comendador, por su contribución al fomento cultural. En 1999 recibió la medalla Picasso de Oro (UNESCO), por su labor en la difusión de la cultura latinoamericana.

Cambio de Rumbo

Archivo:Cambio de Rumbo.jpg
'Cambio de Rumbo', libro de Miguel de la Madrid Hurtado.

‘Cambio de Rumbo’ es el título de las memorias presidenciales de Miguel de la Madrid y fue tomando forma a lo largo del sexenio (1982-1988), gracias a las notas que el entonces Presidente de México dictaba a Alejandra Lajous, Cronista de la Presidencia de la República. Fue editado por el Fondo de Cultura Económica y publicado en el año 2004.

Ordenados de manera cronológica, narra los momentos más significativos de su Gobierno: los sismos del 85, el desplome de los precios petroleros, la crisis bursátil, las elecciones de 1988, las acciones para evitar la guerra en Centroamérica y la convivencia con Estados Unidos, así como la relación del PRI con el gobierno, el PAN, el clero y la iniciativa privada. No excluye la provocación ni la autocrítica, invitando a que otros protagonistas ofrezcan sus puntos de vista sobre la historia reciente del país. Contiene frases duras contra funcionarios de su gabinete, criticando también al sistema político mexicano.

El motivo de su título, que trasciende a un plano conceptual de su legado como Presidente de México, explica por qué consideró romper con el modelo de desarrollo económico vigente para iniciar con el de apertura económica, que empezaba a ser tendencia en el concierto internacional. Explica el reordenamiento de las finanzas públicas, el manejo de la crisis de la deuda de 1982 y da pistas para entender cómo y por qué los sindicatos y otros poderes de facto aceptaron su cambio de rumbo en la política económica mixta. Esto, en un contexto de crisis y evidente agotamiento del modelo que se venía aplicando por décadas en el país, y remontando en lo social, lo económico y lo político. Su testimonio aporta importantes puntos de vista de los acontecimientos históricos recientes, en un país afectado por una cultura política populista, que provocó una mala administración de los activos nacionales. El cambio de rumbo que se dio en su administración, deja claro que el pasado es importante para entender el presente, recuperando su vigencia ante los sucesos actuales y ante el cuestionamiento que se hace al modelo neoliberal e integrador en que la mayoría de los países democráticos estamos inmersos.[1]

Familia

Hijo de Miguel de la Madrid Castro y de Alicia Hurtado Oldenbourg. Nieto de Enrique O. de la Madrid y bisnieto de Miguel de la Madrid Guerrero, ambos ex gobernadores del estado de Colima. Casado con Paloma Cordero Tapia en 1957, procrearon cinco hijos: Margarita, Miguel, Enrique, Federico y Gerardo. Actualmente, su hijo, Enrique de la Madrid Cordero, es Secretario de Turismo del Gobierno de la República.[2][3]

Fallecimiento

Miguel de la Madrid Hurtado falleció el 1º de abril de 2012, a las 07:30 horas, en el hospital Español de la Ciudad de México, después de un largo padecimiento de enfisema pulmonar, lo cual fue confirmado por fuentes cercanas a la familia. Esto, en parte, debido a que unos meses antes se especuló con su muerte, llegando incluso a que el entonces Presidente de México, Felipe Calderón Hinojosa y otras personalidades, expresaran sus condolencias a través de la red social Twitter.

Sus restos fueron velados en la biblioteca de su domicilio particular y en la funeraria Gayosso, en Félix Cuevas, Ciudad de México. Al día siguiente de su muerte, se le rindió un homenaje de Estado en el Patio de Honor de Palacio Nacional, también en la Ciudad de México, encabezado por el entonces presidente Felipe Calderón. Entre los asistentes destacó la presencia del ex Presidente Carlos Salinas de Gortari, así como de otras personalidades de la política mexicana y del Gobierno Federal.

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Predecesor:
José López Portillo
Presidente de los Estados Unidos Mexicanos
México

1982 - 1988
Sucesor:
Carlos Salinas de Gortari
Predecesor:
José López Portillo
Candidato Presidencial del Partido Revolucionario Institucional
1981 - 1982
Sucesor:
Carlos Salinas de Gortari
Predecesor:
Ricardo García Sainz
Secretario de Programación y Presupuesto de México
1979 - 1981
Sucesor:
Ramón Aguirre Velázquez
Predecesor:
Enrique González Pedrero
Director del Fondo de Cultura Económica
1990 - 2000
Sucesor:
Gonzalo Celorio Blasco

Véase también

Referencias

  1. «.:: Miguel de la Madrid Hurtado:Las razones y las obras ::.». www.mmh.org.mx. Consultado el 20 de junio de 2017. 
  2. http://web.archive.org/web/http://www.nosotrosdiario.mx/enrique-de-la-madrid-nuevo-director-de-bancomext-19436. Archivado desde el original el 25 de noviembre de 2015.  Falta el |título= (ayuda)
  3. «Asume Enrique De la Madrid titularidad de Sectur». La Jornada. Consultado el 20 de junio de 2017. 
  4. «Rinden homenaje a De la Madrid en Palacio Nacional». El Universal. 2 de abril de 2012. Consultado el 14 jun. 2012. «El artículo incluye fotos del velorio en la residencia de De la Madrid.» 
  5. «Calderón resalta las acciones del expresidente De la Madrid en su homenaje». CNN México. 2 de abril de 2012. Consultado el 14 jun. 2012. «El artículo incluye el video del homenaje póstumo.» 

Bibliografía

  • Ayala Anguiano, Armando. La Verdadera Historia del PRI, Tercer Tomo, “Los Tecnócratas” (1982-2000). México, D.F., 2001. Ed. Contenido, S.A. de C.V., 1ra edición. 128 pp.
  • Villalpando, José Manuel y Rosas, Alejandro. Historia de México a través de sus Gobernantes. México, D.F., 2003. Ed. Planeta de México, S.A. de C.V., 1ra edición. 240 pp.
  • De la Madrid Hurtado, Miguel, con la colaboración de Alejandra Lajous. Cambio de Rumbo. México, D.F., 2004. Fondo de Cultura Económica, 1ra edición. 871 pp.
  • Díaz Arciniegas, Víctor, Historia de la casa. Fondo de Cultura Económica (1934-1994), México: FCE, 1994.
  • Varios, Catálogo histórico 2005, México: FCE, 2006.

Enlaces externos