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Servicio postal en Chile

Chile precolombino y colonial

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En Chile, como lo sugieren los diversos estudiosos de este tema, esta función fue ejercida, incluso, antes de la llegada de los españoles, aunque en aquel periodo no la denominaron como la conocemos hoy. Los conquistadores hispanos fueron testigos de un servicio de mensajería precolombino, sobre todo en la zona centro sur del país, que había sido dominada por el imperio incaico. En estos territorios, el transporte de correspondencia fue llevado a cabo por los chasquis, verdaderos carteros de Chile prehispánico que conectaban las diversas partes del Tahuantinsuyo a través del Camino del Inca o Qhapaq Ñan.

Una vez establecida la conquista, la Corona española estimuló la comunicación marítima entre la metrópoli y sus colonias. Por medio de la Real Cédula de 1509, el Rey Fernando el Católico fomentó la correspondencia de ultramar, invitando a sus súbditos a que le escribieran para conocer las Indias y, además, ayudar en la administración de los nuevos territorios. Producto de esta política de libertad de palabra colonial surgieron, por ejemplo, las Cartas de Relación de la Conquista, de Pedro de Valdivia, y las Cartas de los Obispos a los Reyes de España.

Sin embargo, fue durante los sucesivos gobiernos ilustrados de mediados y fines del siglo XVIII cuando comenzó a gestarse un verdadero sistema de correo terrestre en Chile durante el periodo colonial. Según el historiador Manuel Dinamarca, los gobernadores Juan Antonio Manso de Velasco y Domingo Ortíz de Rozas destacaron debido a sus esfuerzos para crear un sistema eficiente. El punto culmine de estas gestiones, fue la construcción de la Red Postal que unió La Ligua y el sur del país entre 1737 y 1745.[1]

Siglo XIX

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A pesar de estos adelantos, el correo en Chile en el siglo XIX continuó siendo un servicio lento y precario. Dos razones justificaban esta situación: la pobreza general y su escasa población. Fue tan solo durante el gobierno de Manuel Montt (1851-1861) cuando el sistema se consolidó, principalmente, por la adopción de la reforma de Rowland Hill en 1853. La implantación de esta medida fue muy exitosa, ya que el público se incrementó en pocos meses. En esa época, circuló, también, el primer sello postal chileno.

Siglo XX

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Correo aéreo

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Con el desarrollo de los medios de transportes en el siglo XX, los aviones se incorporaron al servicio postal. Oficialmente, el correo aéreo en Chile se inauguró durante el mandato del presidente Juan Luis Sanfuentes.

Entre 1912 y 1913 se realizaron los primeros vuelos experimentales, las autoridades tuvieron la idea de utilizarlos para el transporte de correspondencia. Según la Sociedad Filatélica chilena, el primer vuelo aeropostal fue realizado el 10 de diciembre de 1916, cuando el piloto David Fuentes Soza distribuyó cartas entre Ancud y Puerto Montt. Esta versión es corroborada por algunas crónicas del periódico puertomontino El Llanquihue, en sus ediciones del 12 y 13 de diciembre de ese año:

Una gran muchedumbre se avalanzó hacia la estación en cuya esplanada el aviador David Fuentes aterrizó espléndidamente, haciendo un hermoso descollage a las 6.4 PM... En ese momento, se acercó el Administrador de Correo, don Arístedes (sic) Díaz, y le preguntó: '¿Trae correspondencia, mi amigo?'. '¡Sí!', contestó alegremente y le pasó un pequeño paquete que contenía varias cartas. Era la primera correspondencia que se enviaba por aire de Ancud a Puerto Montt.
"El aviador fuentes", Diario El Llanquihue, (Puerto Montt), 12 de diciembre, 1916, p. 2.
Los primeros aviones de Havilland Gipsy Moth, usados por la Línea Aérea Postal.

El 1 de enero de 1919, el comandante Clodomiro Figueroa, realizó un vuelo aeropostal entre Santiago y Valparaíso. Allí lo esperaron funcionarios de Correos de la ciudad portuaria. Unos años después, el 20 de agosto de 1921, Clodomiro Figueroa realizó nuevamente un vuelo aeropostal, esta vez entre Santiago y Mendoza, Argentina. En esa ocasión, para marcar la correspondencia se utilizaron las estampillas que sobraron de su primer vuelo.

En 5 de marzo de 1929 se fundó la Línea Aéreo Postal Santiago-Arica. Se eligió este trayecto ya que presentaba buenas condiciones climáticas y, también, debido a que el servicio postal hacia el sur estaba cubierto por la Empresa de los Ferrocarriles del Estado.

Este fue el comienzo de un acelerado desarrollo de la aviación civil chilena, proceso que culminó cuando la Línea Aérea Postal dio origen a la Línea Aérea Nacional, mediante el Decreto Ley N° 247 del 21 de julio de 1932. Durante más de cuarenta años la Línea Aérea Nacional recorrió las ciudades más importantes del país y unió, además, Chile con el resto del mundo.

Correos de Chile

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El sostenido auge que mantuvo este servicio durante toda la centuria, propició la creación, en 1982, de la empresa estatal de Correos de Chile. Justamente en este periodo, la revolución de las comunicaciones provocada por la aparición de la televisión, la radio e internet han incorporado nuevas herramientas y prácticas comunicativas como el e-mail y los chats, servicios de mensajerías inmediatos que traspasan las fronteras geográficas en solo segundos.

No obstante, esta situación no ha significado una amenaza central para el sistema de correos, ya que el servicio postal ha desarrollado paralelamente diversas prácticas anexas que han mantenido cerca al público. Por ejemplo, con la aparición de las estampillas en Chile, nacieron, también, los primeros coleccionistas de esos adhesivos de papel. Este fue el origen de la filatelia, que ha contado con muchos adeptos tanto a nivel mundial como en nuestro país. Por otra parte, las tarjetas postales, muy utilizadas como souvenirs de los viajeros, han ejercido gran fascinación entre el público. Incluso, el gusto general por las tarjetas postales provocó la fundación del Museo Postal de Chile en 1949.

No solo el público general se ha beneficiado del servicio postal. Los historiadores también han sacado provecho de las cartas como documento histórico. El intercambio de correspondencia ha sido utilizado como una valiosa fuente para conocer la vida espiritual y material de diversos sujetos a través de distintas épocas. De este modo, un servicio que se originó para suplir las necesidades de comunicación de los seres humanos ha devenido en una manifestación histórica, social y cultural de nuestra nación.

Enlaces externos

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  1. Dinamarca, Manuel. El correo de la historia o la Historia del Correo. 1997, pp. 77-78.