El año del verano que nunca llegó Quotes

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El año del verano que nunca llegó El año del verano que nunca llegó by William Ospina
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El año del verano que nunca llegó Quotes Showing 1-6 of 6
“Pero si Shakespeare fue ese inglés capaz de sentir como un meridonial, Byron fue capaz de vivir como un italiano, de reaccionar como un albanés, de morir como un griego.”
William Ospina, El año del verano que nunca llegó
“Pero si Shakespeare fue ese inglés capaz de sentir como un meridonial, Byron fue capaz de vivir como un italiano, de reaccionar como un albanés, de morir como un griego.”
William Ospina, El año del verano que nunca llegó
“Por fortuna, Byron nunca entendió ese defecto de su pie derecho como lo que realmente era: la marca de la divinidad que lo hizo poeta. Si no hubiera sido por ella, dado su carácter arrogante y licencioso, tal vez no habría sido más que un aristócrata decadente, abusivo con sus amigos y chupador de la sangre de sus amores; pero la conciencia física de su imperfección, ese pie que dejaba siempre una raya larga en la arena, lo obligaba a pensar y a sufrir, y su genio encontró en ese encogerse sobre sí mismo la ocasión de destilar unas gotas de sabiduría divina.”
William Ospina, El año del verano que nunca llegó
“Yo caminaba por las calles de Ginebra mirándolo todo con recelo, como si de cada esquina fuera a salir el mounstro. La ciudad, como el mismo Borges decía, parece no darse cuenta cabal de que existe, y está en un país que parece pesar sobre el mundo sin sobresaltos, pero es en realidad una ciudad fantástica en un país que, más allá de sus cavernas de lingotes y de su manía de tasar el tiempo en relojes, ha engrendrado cismas y revoluciones, convulsiones del arte y cataclismos de la fe, cerebros iluminados por tempestades eléctricas y obras que significaron la aniquilación de cánones y estéticas. Me dije que esa ciudad que se finge tan serena y tan clásica, esa ciudad de relojes y de lingotes de oro, ocultaba detrás de la máscara su rostro verdadero de pesadillas y de cismas, y que eso la hacía más atractiva.”
William Ospina, El año del verano que nunca llegó
“Y mientras aguardaba al mounstro concluí que Suiza era el país perfecto para las pesadillas de Füssli y para la chispa incendiaria de Rousseau, para la sonrisa regicida de Voltaire, para los laberintos espaciales de Joyce y para los laberintos mentales de Borges; que en cada rincón de aquellas montañas parece posible la rosa que resurge de la ceniza en las manos de Paracelso.”
William Ospina, El año del verano que nunca llegó
“¿ Por qué morían tan jóvenes?, se pregunta Stefan Zweig hablando de aquella generación y de su lucha con el demonio. Novalis, quien, casi por su voluntad, un día cerró los ojos como un niño y mágicamente murió, decía en sus cuadernos que todos los humanos mueren maduros y en el momento adecuado, cuando han cumplido plenamente el aprendizaje que les corresponde. Ello significaría que Víctor Hugo, Goethe y Voltaire que superaron los ochenta años, no vivieron más que keats, que a los veinticinto dejó de oír al ruiseñor; ni más que Chatterton, quien después de crear un linaje de poetas, sus genealogías, sus obras, su correspondencia, su aparato crítico, sus biografias y su hermenéutica, se extinguió como una llama en su buhardilla a la edad de diescisiete años; ni más que el propio Novalis, que al morir, a los veintinueve, nos reveló que lo había vivido todo.”
William Ospina, El año del verano que nunca llegó